viernes, 15 de mayo de 2015

¿Él? Mi extraño favorito.



El tiempo y el momento eran sólo de él...

Llegó en el peor momento y ahí quiso quedarse, insistió tanto en hacerlo que le di el tiempo de instalarse. Nunca lo vi como algo más que un simple extraño llamando por Facebook, un extraño que poco a poco se gano mi confianza, que me hacía sentir bien con sus palabras, un extraño que se fue metiendo muy dentro.

Aquel sujeto logro sacarme de la tristeza, pero me llevo a la intriga.

Era raro que un hombre el cual sólo conocía por una red social me hiciera sentir algo cuando llegaba un mensaje suyo, sabía que algo no andaba bien pero me hacía a la idea de que nada sucedía.
Una noche se le escapó un "te quiero" y a decir verdad no sabía ni que decir, mi subconsciente deseaba decirle que yo también lo quería pero en realidad no sabía lo que sentía.

Siempre pensé que si lo veía a la cara sabría lo que significaría él para mí, y así fue. Cuando lo vi supe que desde ese día comenzaría a quitarme el sueño, al hablar con él me sentía mejor de lo que un día había pensado, la tranquilidad  ya era parte de mí.

Comencé a sentir algo por él y él... él no tengo ni la menor idea de lo que planeaba hacer conmigo. Al pasar los días conteste a su "te quiero", ese "te quiero" que me sacudía todo por dentro. Debo decir que soy  insegura por naturaleza, lo cual hacia que me diera terror comenzar a quererlo y extrañarlo.

Yo quería algo más que mensajes bonitos, quería algo más de él. Había algo que no comprendía, ¿cómo hacerlo entender que lo que necesitaba era a él? A él en potencia, sin una computadora dividiéndonos. A ese sujeto y sus abrazos con besos reales. A aquél extraño diciendo con acciones los "te quiero" que tanto me llenaban. Sólo a él calmándome la angustia después de días sin verlo.

Sin darme cuenta ya vivía esperando un mensaje suyo, pensando en si me extrañaba tanto como yo lo hacía y si en realidad algún día dejaría de lado los mensajes de Facebook para pasar conmigo esos momentos, momentos que deseaba fueran sólo él y yo.

La tranquilidad duro poco. Después de un tiempo, no sé que paso o si me lo imaginé yo, pero luego aquél extraño cambio su manera de ser, las palabras bonitas ahí estaban pero la frialdad y el compromiso las acompañaban. Estaba segura que en cualquier momento eso me cansaría.
Por primera vez no me cansaban las palabras bonitas, tampoco me cansaban las cursilerías y los "te quiero" que en realidad ya los decía con más frecuencia yo, me fatigaban esas sin ganas de vernos, esas sin ganas de pasar un rato juntos, esas sin ganas de dejar de ser dos enamorados cibernéticos.

Si algo he aprendido es que las palabras no tienen valor y los hechos hablan por uno mismo. Por mi parte, lo que cambiaría de mi extraño son los hechos gritando "te quiero" y las palabras dejándoselas al viento.

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