jueves, 7 de mayo de 2015

El chico de los ojos negros.



Al llegar el verano unos grandes ojos negros inquietaron esa paz que había en mí, su brillo y profundidad me hicieron sentir que había aún más de lo que yo conocía y que ese más me haría sentir la mejor mujer. 

Pasaron algunos meses y esos ojos negros se hacían cada vez más presentes. De repente ya no eran sólo unos ojos grandes, negros y profundos, también era una sonrisa hermosa, una sonrisa de la cual te enamoras.
El chico de los ojos grandes y sonrisa hermosa comenzó a interesarse poco a poco por esta cálida y desabrida chica; confieso que eso me hizo sentir triunfante, como si hubiera ganado el trofeo que todas quieren. 

No paso mucho tiempo cuando todos comenzaron a notar que entre los dos había algo, al verlo mi corazón latía con fuerza y mis mejillas se sonrojaban. A él la mirada le cambiaba, sus ojos se profundizaban más y su sonrisa era aún más hermosaTodo iba bien, a decir verdad iba mejor de lo que los dos nos imaginábamos, pasábamos tanto tiempo juntos que cuando no lo estábamos nuestros ojos se extrañaban.

Llego de nuevo el verano y el chico sonrisa perfecta plantó un tierno beso en mis labios, dejándome helada por varios minutos. Ese beso confirmo mis dudas, sabía que él era el indicado, sabía que era él el que me hacía realmente feliz. 

Los días pasaron y hablábamos de un futuro juntos, todo era amor entre los dos; sus besos calmaban cualquier ansiedad que yo pudiera sentir, lo sentía mío, me sentía de él.

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