domingo, 22 de mayo de 2016

El fin de tu carta.



Sólo una entrada escribí para ti y la verdad es que no quise escribir más para que la "historia de amor" perdurara y que la felicidad fuera sólo nuestra.


Fue bonito mientras duró... Con eso me voy a quedar. No escribiré lo malo, pues hasta con las peleas era feliz. Sí, era feliz contigo, como no lo fui en muchos años.


A pesar de lo que hiciste no te guardo rencor, créeme, no lo hago y probablemente no lo haría. Tal vez la he estado pasando mal pero es parte de la historia y todas algún día terminan. Por varios días le he pedido a Dios por mí... y por ti también. ¿Por qué por ti? Porque quiero que te ayude, no porque lo nuestro haya terminado voy a querer lo peor para ti.
Te extraño y te seguiré extrañando, no sé por cuanto tiempo pero algún día dejare de hacerlo. Sólo es el proceso.

El amor no se acaba, el cariño se construye y la confianza a veces se pierde. Pero no sé qué fue lo que paso contigo o conmigo, tampoco quiero culparte de todo a ti, pues yo también tuve errores. Uno de ellos fue encariñarme tan rápido, acostumbrarme a que me gustara tu compañía. Pero me gustó hacerlo.

Aquello que no quería que me hicieras, lo hiciste y escogiste la más mala de las ideas para hacerlo. Pensé que eras inteligente.
Lo que pueda sentir ahorita sé que no te ha de importar mucho, por algo no diste explicaciones, mucho menos la cara. Te creí más valiente.

Sabes, no me arrepiento de todo lo que te dí. Me entregue por completo a ti, te mostré mis miedos, mis fortalezas, mis manías, mis secretos. Compartí contigo alegrías y también tristezas. Por primera vez fui la persona que soy, sin escudos. Te di muchas primeras veces. Confiaba por completo en ti.

Ahora sólo quiero darte las gracias, ¿Por qué? Porque me enseñaste lo que es querer a alguien sin condiciones y no lo digo por ti, lo digo por mí, porque yo así te quise. También aprendí que aunque el golpe sea fuerte no debo dejarme caer. Que la sinceridad es la mejor amiga de una persona y aunque duela hay que decir la verdad, en el momento, cuando en realidad se siente. Que un te quiero se dice del corazón para afuera.

Pero sobre todo te doy las gracias por enseñarme lo que no voy a dejar que nunca más me hagan. Porque el tiempo sólo son pretextos y los besos ya se iban con el viento.


Te extraño, pero no te querría de vuelta.

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