A las 3:17am mi bandeja de entrada en Facebook marcaba un nuevo mensaje. Unas horas después lo abrí y me gustó leer lo que había en él. Así fue como te conocí.
Esa madrugada la pasaba mal y las siguientes también, pero en todas ellas estabas tú para hacerme compañía y llenarme de ánimos. Jugábamos todo el tiempo, hacíamos bromas tontas y hablábamos todos los días. Nos hicimos muy buenos amigos en muy poco tiempo.
En nuestra primer salida debo admitir que estaba algo nerviosa pero a pesar de eso me la pase muy bien, eras divertido y me hacía sentir muy bien estar contigo. Nos pasamos un poco de copas y terminamos bailando en la calle cuando llegamos a mi casa, luego sonó mi teléfono y tuve que entrar a ella. Los días siguientes estuvieron bien, todo era igual y te ibas metiendo más y más en mi vida. Eso me gustaba.
Yo pasaba por una racha no muy buena en el amor, tú eras mi consejero y mi confidente. Después de algunos meses eramos mucho más unidos hasta que un día me confesaste algo que me confundió por completo, al principio pensé que estabas jugando.
Que yo te gustará y sintieras algo por mí la verdad nunca me paso por la mente, pero eso no cambio nada entre nosotros dos. Tú comenzaste a salir con alguien y yo te aconsejaba mientras seguía aferrada a un hombre que no valía la pena. De repente sentía algo cuando me contabas de ella pero no sabia que era y nunca te mencione nada al respecto.
Para que hacer tan larga la historia, si tú ya la sabes bien.
Hace tiempo me di cuenta que eso de ser buenos amigos no me era del todo suficiente. Te decía te quiero con frecuencia, pero esta vez lo sentía un poco más profundo y me di cuenta que algo no iba bien, te estaba queriendo y ya no era como a un simple amigo. La distancia no favorecía mucho y a veces eso me detenía o me hacía pensar en lo que sentía, ya no quería que estuvieras tan lejos. Te quería conmigo, aquí a mi lado.
Lo pensé tantas noches y cuando decidí ser diferente contigo unos días estuvo bien y de repente ¡PUM! cambiaste por completo conmigo, no contestabas mis mensajes y si lo llegabas a hacer eras cortante. Me estabas partiendo el corazón.
No entendía porque tu comportamiento había cambiado y cuando pregunté un "estoy confundido" no era suficiente, quería saberlo todo, pero todo tampoco estaba bien.
No sé cuál de las dos cosas hice mal, si no darme la oportunidad cuando lo confesaste o sentir algo por ti cuando ya era tarde. Pero te perdí. Ya no éramos los mismos, no hablábamos todo el tiempo, extrañaba los "te quiero", las cosas bonitas y tontas que decíamos. Te extrañaba por completo a ti, a nosotros.
Ser amigos era la única manera de seguir juntos, pero ese amigo que ahora tenía ya no me llenaba por completo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario