jueves, 18 de junio de 2015

Vicio.

Nunca imagine que enamorarme de ti sería lo mejor.
Te encontré por ahí, sin rumbo ni dirección, estabas perdido y no sabías donde refugiarte. Yo extendí mis brazos y te di calor con un toque de amor, era mágico y encantador. 

Me gustaba tenerte junto a mí.

En ocasiones  te costaba mucho expresar tus sentimientos pero cuando lo hacías era de la mejor manera, me hacías sentir querida y que era yo quien realmente te hacia feliz. Estar juntos era más que un vicio para los dos. 
Sabía que nuestro amor no duraría toda la vida, pero lo que realmente me importaba era darte todo en el momento. Yo quería lo mejor para ti, no quería verte perdido y sin rumbo de nueva cuenta. Poco a poco lograste colocarte en lo más preciado que tenía, eras como un premio, ese el cual me encantaba abrazar y besar. Quería estar siempre a tu lado. 

También me querías, lo demostraste mucho tiempo pero el momento de volar a otros brazos te llego, no pude hacer nada para detenerte. Quería que fueras libre y feliz aunque yo no estuviera en tus planes. Te devolví las ganas de querer a alguien, te di la confianza de creer en ti y le quite esa coraza a tu duro corazón. Quería ser yo la afortunada, pero no fue así. 
Encontraste a alguien que te entendía mejor que yo, o al menos eso creíste un tiempo. Me dejaste en segundo plano pero a su vez ella era "el plan B", no te dabas cuenta que al verme desbordabas todo aquello que me hizo enamorarme de ti, esa ternura, ese amor. Eras mío, aunque no lo fueras por completo.

Un día volviste, perdido, sin rumbo, ni dirección como cuando te encontré. 

Decidí aceptarte, te devolvería al camino como lo había hecho antes, no importaba que me dejarás después de un tiempo, pues sabía que siempre serias mío. Era sencillo, tu amor era egoísta de esos que te quieren pero a la vez no, te dan todo pero te lo quitan de golpe.

Eras mi vicio y no podía dejarte.
Sabia que siempre lo serías  y aunque estés en otros brazos, con otro calor, otro amor, nunca te irás de aquí. Fui yo quien te enseño a querer, fui esa que te devolvió las ganas de vivir, de volver a sentir. No me arrepiento, hice bien mi trabajo y lo seguiré haciendo.
A menudo volverás cuando estés perdido, no tengas a donde ir y estés devastado pensarás en lo nuestro, en todo aquello que te di y que siempre te daré. Me enseñaste a amar, a ser algo más por la persona con la que quieres estar. Eres todo y a la vez nada. 

Jamás me cansaré de ti, pase lo que pase te aceptare, te daré mi calor, mi amor, mi ser porque eres mi vicio y como tal por más que lo intente no te podré sanar.

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