Hace días mientras estaba tumbada en el sofá de mi fría casa me descubrí extrañándote y para ser sincera el sentimiento fue algo ensordecedor.
Al principio me pareció absurdo el acontecimiento, pues hace tiempo ya que no te echaba de menos. Recordé muchos momentos, hasta los más insignificantes se hicieron presentes; las primeras sonrisas, los primeros besos, la primera vez que caminamos juntos de la mano.
Recuerdos que sólo son eso, tantos que quedarán por siempre en el baúl de mi corazón. Porque, cariño, no siempre fuimos tormenta en invierno.
Después de aquel día en la sala me volví a descubrir extrañándote, ahora mientras leía mi libro favorito. En cada una de las páginas iba reviviendo emociones y en mi mente nos veía a nosotros, era como si estuviera viendo una película, pero esta vez no tenía nada que ver con lo que había entre las líneas del libro.
Hice una pausa y me derrumbe en mi cama, sentía como recorría por mí cuerpo un sentimiento, pero no lograba distinguir cuál era. Al poco tiempo ya pensaba en ti de nuevo.
Comenzaba a desesperarme, incluso pensé en escribirte, pero mi yo interno me detuvo.
Sabía que algo andaba mal, que extrañarte no era normal y por más que evitaba tu recuerdo algo se hacía presente y volvías a mi mente. Eras el evidente recordatorio de aquel evento que no entendía aún.
Seguí un par de días más extrañándote, ya no era tan molesto, me acostumbraba a ello y en cierto momento me pareció bonito hacerlo. Estaba loca.
Las peleas ya no se mostraban en la película, sólo las partes buenas estaban ahí, era como una típica historia de amor, de esas con final feliz.
¡Que tontería, la nuestra ni termino así!
"Fueron sólo unos meses", pensaba.
"No hay porqué extrañarlo", decía.
"Ya se me pasará", me consolaba.
Aún te quería y estaba segura de eso, la intensidad no era la misma y también estaba consciente de ello. El verdadero problema estaba en estarte echando de menos y otra vez me abruma el sentimiento. Estaba como al principio, pero con menos dolor.
Hoy desperté temprano, desayuné, me bañe, y cuando estaba terminando de peinar mi cabello sonó nuestra canción en la radio y fue ahí donde recordé todo. Hacia ya un año que te conocí.
"¿Para esto tanto desvelo? ¿Por esto te pensaba a diario?", me preguntaba. Era más que claro que la respuesta era "sí" y que como una tonta estaba repasando cada una de las escenas de nuestra corta pero amplia historia, que aún te quería, que te extrañaría y que siempre recordaría este día, como a ti, a nuestros besos, a tu sonrisa y a ese momento en el que mis ojos se toparon con los tuyos.
Desde ese instante supe que serías quien me haría feliz, pero también supe que me harías sufrir y que aún así estarías en mí porque a un amor como este no lo olvidas, se queda clavado en el rincón de los hirientes y más bellos recuerdos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario