jueves, 6 de abril de 2017

Envuelta en el caos.

¿Qué hacer cuando estas rota y te rompen otra vez?

Sí, puede sonar raro y hasta complicado, pero a veces estás rota por tu pasado y cuando estás superandolo llega alguien y rompe tus expectativas y vuelves a creer y te vuelves a entregar, ¿y qué pasa? Te rompen de nuevo.

Por algún tiempo me negué rotundamente a abrir mi corazón, mis sentimientos y todo mi ser y justo cuando estaba bien, sanando y en el proceso, llego él, me devolvió la ilusión y confíe.
Quizá mi problema sea confiar demasiado en las personas, pero por primera vez veía hechos, hechos que fueron mentira, o quizá no, pero eso parecieron.

Él era con el que había soñado, ese tierno y cariñoso que por extraño que parezca no me aburrió en ningún momento. Me hacía bien escucharlo, me llenaba verlo sonreír, me gustaba verlo conmigo. Pero, ¿qué haces con alguien que está marcado por su pasado? Con alguien que no se deja avanzar, alguien que sabotea lo que siente, que se deja llevar por lo que dicen los demás y no por lo que dice su corazón.
Los "te quiero"  quizá fueron de dientes para afuera, no desde adentro. Ahí es donde se crea el caos.

Sé que es bueno, que sus intenciones no son malas, pero su pasado es lo que no lo deja. Quizá no lo llene por completo, tal vez espera algo más, simplemente él no era para mí. Es triste, pero es tan cierto.
Me rompió y no fue una ruptura como las de antes, tan sólo un "no puedo estar, aunque quiera", pero pienso eso es lo más perro de todo. La intermitencia.
Antes ya había estado en esto y aún me cuesta trabajo entenderlo, ¿es tan difícil saber si quieres estar con alguien? Tal vez para mí no, pero para él sí lo fue.

En su tiempo, mis compañeros de oficina me notaron algo diferente; me veía feliz, tenía un brillo en los ojos y las mejillas me dolían de tanto sonreír. Tenía tanto tiempo sin verme y sentirme así.
Él me estaba haciendo feliz, aunque fuera poco el tiempo, aunque todavía no lo conociera por completo. Yo también lo hacía feliz, o al menos eso veía. La necesidad de conocer a alguien más había desaparecido en los dos, sólo eramos él y yo. ¡Oh!  Su miedo también se encontraba con nosotros, era un trío sin elección.

Lo hice feliz, pero no lo suficiente, no lo demasiado para que logrará quedarse.

Tenía muchas cosas que pensar, dijo, pero alguien que no está dispuesto a tener un compromiso ya no tiene nada que pensar, ya lo tiene todo claro y será tan egoísta que dirá "no quiero perderte", pero tampoco sabrá para qué te quiere con él.
No sé de dónde saque valor, sólo sé que lo deje ir o él me dejo ir a mí. Y aunque los demás digan que "es un idiota", él fue el que me volvió a erizar la piel con tan sólo rozar su mano con la mía, fue él quien le quitó la coraza a mi pecho, quien devolvió esas ganas y quien también las quito de nuevo. Yo quise a ese idiota, con sus miedos y complejos, con virtudes y defectos.

Quizá yo nunca fui buena, pero también él nunca fue bueno.